




La Constitución no ha cumplido siquiera una veintena de años, y ya se empiezan a realizar constantes reformas sobre ésta, sin darle por lo menos el tiempo adecuado para que funcione y se acople correctamente a lo que necesita el país. Ya se entregaron las instituciones de salud a las empresas privadas, se vendieron (aunque parecían regaladas) empresas nacionales importantes como el caso de Ecopetrol, y cada día que pasa se hace más cercano un cataclismo para la democracia con la posibilidad de un tercer periodo del actual mandatario. Todo, partiendo de que no se respetan los intereses nacionales, en especial la Constitución. Y si bien el asunto puede pasar por quien apoya o no las políticas del actual Presidente de la República, el problema constitucional va mucho más allá de eso. El Estado debe estar capacitado para garantizar la seguridad jurídica que evidentemente se va desplomando cuando los sistemas se van modificando constantemente, como se está haciendo en este momento. Además, el sistema democrático está hecho para limitar el ejercicio del poder, para salvaguardar la integridad de los ciudadanos y garantizarles la protección de sus derechos a través de la regulación de los tiempos en el mandato y de la estructura de ramas del poder público. La Constitución de 1991, era (o es) eso, un ejemplo para el mundo de fundamentación democrática única y donde el ejercicio del poder está plenamente controlado por el pueblo y las instituciones que componen el Estado. Hoy, una eventual (casi segura por cierto) aprobación del referendo reeleccionista, traería consigo un golpe demasiado fuerte para la democracia colombiana, que quedaría endeble y accesible para un gobierno de corte dictatorial o antidemocrático. Un golpe del que después será difícil reponerse.
Es evidente que el presidente está buscando un tercer periodo en el poder, puesto que al parecer considera que lo que importa no es la calidad de sus ideas y programas si no las cualidades de quien los ejecuta, cosa que es totalmente incoherente. Si un programa de gobierno es suficientemente bueno y está destinado a permanecer largo plazo produciendo frutos positivos es indudable que cualquiera lo podría continuar, ya que el programa debe ser lo suficientemente bueno como para mantenerse por sí solo. Por ejemplo, los grandes equipos de fútbol en ligas europeas se han mantenido en la cima sin importar los cambios en la dirigencia, pues las instituciones prevalecen por encima de los hombres, eso está claro. Aún así, parece ser que aquí la cosa es diferente, la Constitución, que debería erigirse por encima de los colombianos como la ley de leyes, es tan sólo un texto con el que el gobierno retoza al cambiar las reglas de juego para auto favorecerse y derrumbar “sin querer queriendo” la democracia colombiana. Ahora, es momento de tomar conciencia, de saber hacía donde nos dirigimos con estos cambios, es momento de recuperar el país y evitar que sigamos cayendo en una inseguridad jurídica que sacrifica la democracia y propone un sistema “cuasi monárquico” en el poder. ¡Colombianos: es hora de actuar, arropemos la Constitución para salvar las instituciones democráticas y construir un mejor país!
P.D: Partido Social de Unidad Nacional (Partido de la U); Partido Nacional Socialista Alemán (Partido Nazi)… Cualquier parecido ha de ser mas que mera coincidencia... piénsenlo...